Nos hallamos en un cambio de ciclo bastante desconcertante a nivel primario. Quienes tienen el don de la sensibilidad espiritual seguramente están padeciendo altibajos emocionales recurrentes e irracionales, hipotecando el transcurso habitual de sus vidas. En la sabiduría de la cábala se llama a este ciclo ben hametzarim.
El ciclo de ben hametzarim consta de tres semanas y finaliza el día de luna llena de Av, la luna de Leo (Tu B’Av, en torno al último día de julio de este año). Literalmente, las semillas de caos son extraídas de nuestra tierra y permanecen a la interperie, intoxicando el oxígeno de nuestras energías vitales – emocional, mental, material -. Al permanecer fuera de la tierra no pueden germinar, sólo revelarse. Por tanto, estas tres semanas son una etapa de revelaciones de caos desde nuestro interior que tiene su punto culmen el día noveno de la luna de Av (26 de julio de 2015), día que en cábala llamamos Tisha B’Av y en el cual cayó dos veces la destrucción del templo de Jerusalén. Los seres que habitan el universo responden al estado natural de sus energías y los templos caen en las guerras del odio de Ben Hametzarim.
El imperio del odio y del caos que ha emergido de la tierra y permanece como una revelación sobre la tierra tiene días contados, y en estos días la fecundidad de la realización de milagros es más alta que nunca. Éstos sólo pueden realizarse si nosotros los impulsamos con la maestría de nuestro poder conciencial. Hay dos consecuencias posibles de esta obligada situación: padecer los síntomas de este estado como efecto, o bien convertirse en la causa de nuestra vida y comenzar a controlar la situación.
Este ciclo de las guerras del odio es una bendición para la realización de todos los milagros en nuestra vida. Al hallarse fuera de la tierra, más que nunca las semillas de caos pueden ser removidas permanentemente. ¡No tenemos que meter las manos en la húmeda tierra para remover el caos de nuestra vida! Para esto se requiere que dentro de nuestra arquitectura interna establezcamos una jerarquía sólida en la cual nuestra conciencia, y con ella nuestras decisiones e intenciones, se encuentre en la cúspide y sea causa de los resultados de las energías que emplea para realizarse en el mundo.
Para ello algunos consejos:
· Relájate. Todo está bien. Gam zu letoba. No tienes que esforzarte por ser productivo.
· Trabaja conscientemente con un listado de intenciones. Construye el enfoque productivo de tu conciencia realizando decretos e interiorizándolos. Por ejemplo: «Tengo la intención real de aprovechar este período para revelar más Luz que nunca.»
· Haz un listado de deseos que quieras llevar a la acción y riégalos con la intención y la certeza. «Tengo la certeza de que voy a encontrar trabajo. No sé cuándo será, ¡Pero voy a encontrar trabajo!»
· Lleva a cabo un plan de acción sólido con respecto a tu estado emocional y mental para sobrepasar la tormenta sin desperfectos. Renuncia a ciertos pensamientos e inercias de tu conciencia y desapégate intencionalmente de los elementos destructivos.
· Relega para más adelante los trabajos más duros y extenuantes, y concédete unos días de inspiración, trabajo personal, reconexión con tu esencia y entrégate a aquello que hace que reveles Luz.
· Diseña un plan de acción a largo plazo que sea vibrante para ti.
El lobo negro que dijo el chamán se relame contemplando su pieza sangrante: el alma. ¡El lobo negro está arrinconando al lobo blanco! Como dijo el sabio de la tribu, sólo si alimentamos al lobo que nos destruye podrá conseguir la derrota de nuestra satisfacción. El lobo blanco, por fin, tiene la gran oportunidad de levantarse y morder mortalmente la yugular del lobo negro.
Ésta es la gran bendición de las guerras del odio.
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