Según el calendario cabalístico está comenzando la gran aventura del mes de la luna de cáncer. Regida por el poder universal que creó la letra hebrea Tau, esta luna estimula nuestras carencias emocionales con el objetivo de que tomemos conciencia de ellas y las eliminemos para siempre: el trabajo espiritual de este mes reside en la extirpación de nuestros cánceres emocionales. ¡Las aguas estancadas de nuestras almas emergen para que podamos depurarlas conectándonos a la Luz!
Los cánceres emocionales persisten en nosotros porque nos roban literalmente la energía. ¡Efectuamos un préstamo de nuestra conciencia a ellas y se genera en nosotros el cortocircuito que tiene como resultado el sufrimiento!
Este proceso se da en la reactividad. Pero, ¿reactividad frente a qué? ¡A todo lo que nos irrita, nos apena, nos hace sentir que la vida es un camino de espinas!
Sin embargo, nosotros no reaccionamos al mundo externo. No reaccionamos a las circundantes personas. Reaccionamos a nuestras carencias. Nos convertimos en sus esclavos, con el único objetivo de retornar al estado de bienestar al más corto plazo. Y cuando activamos este deseo, recitamos el siguiente mantram: ¡Necesito proteger mi carencia y seguir alimentándola con más de lo que me destruye!
Y en ese momento nos convertimos en un demonio de la ira, del odio, de la tristeza, del sufrimiento, del victimismo, del pánico o de la ansiedad.
Pero nunca es suficiente. el agujero jamás culmina.
¿Por qué hay un monstruo dentro de mí? ¡Porque lo alimento!
Vivimos alimentando nuestras carencias y nuestros hoyos. Son las áreas de nuestro ser en las que sentimos que estamos incompletos porque: no tenemos fuerzas, tenemos miedo, tenemos la necesidad de ser respetados, protegidos, aceptados, apreciados, admirados, queridos, gustados…
¡Se activa mi carencia y trabajo para ella! Y cuando la sacio con la reacción y el huracán de violencia que provoca, se da para ella un momento ilusorio de bienestar. Pero para nosotros, no hay más que la oscuridad del cortocircuito de nuestra conciencia. Hemos perdido la Luz que albergábamos.
Para todos aquellos que vivimos tratando de llenar el agujero negro … la cábala tiene unas palabras para nosotros: el cáncer físico deriva del prolongado trabajo de cultivar los cánceres emocionales.
Eleva tu espada y mantén a raya al monstruo que pretende dominar tu espíritu. Eres cuanto decides. Cuando decidas hacerlo, ya habrás ganado.
Éste es el trabajo de la luna de cáncer.
¡Revolución!
Deja una respuesta